El Camino Francés abandona Palas por el Campo dos Romeiros, tradicional lugar de encuentro de peregrinos, para entrar en la aldea medieval de Leboreiro. Entre Leboreiro y Melide, cruza la aldea de Furelos y su río a través de un puente medieval para entrar en la zona urbana de Melide. Desde este punto, el Camino pasa por Boente y Castañeda para llegar luego a Arzúa, villa quesera. El Camino se presenta en esta etapa dócil y en muy buen estado, mezclando tierra y piedra con pequeñas carreteritas entre pueblos, con suaves ascensiones y descensos, alternando con tramos llanos.
Ya casi estamos llegando a nuestra meta. El caminar se torna sereno, quizás por miedo a terminar y no saber o no querer qué hacer después. Sobre pistas de hojarasca, entre las últimas manchas de bosques de pinos y eucaliptos, muy juntos y simétricos, en algunas zonas, también algunos robles, llegan las últimas aldeas.
Aquí es dónde se encuentra El Amenal, Justo al final del Camino de Santiago, inmediatamente antes de acceder al entorno urbano de la ciudad, dispondrá de un espacio de acogida y de un merecido descanso.
Un merecido descanso para el caminante
Disponemos de 13 habitaciones dobles. Cada habitación tiene de televisión, teléfono y baño privado con secador de pelo. Todas las habitaciones disponen de cobertura Wifi gratuita para acceso a Internet. También disponemos de una habitación adaptada para uso de discapacitados.
Disponemos de servicio de cafetería y restauración para los huéspedes del Hotel Amenal. Somos el lugar idóneo donde descansar después de un duro viaje, para coger fuerzas y afrontar el gran día. Todo esto acompañado de un trato afable y familiar, que tanto echamos de menos cuando estamos lejos de nuestro hogar.